Son las 11 de la mañana, abro un ojo inseguro
 La luz entra por la ventana, ignoré el despertador
 por enésima vez...de nuevo los libros, los apuntes...
 Haces un análisis rápido de la situación: está ahí,
 llegó esta noche, no sabes ni a qué hora. 
 Lo dejó todo tirado, apenas reconoces la mesa 
 debajo de tanta ropa y vasos rotos.
 La habitación huele, a él, 
 a él borracho, a alcohol en vena, 
 a sudor con graduación, 70%, ya lo reconoces.
 Vuelves a cerrar los ojos, quieres dormir hasta que se vaya,
 hasta que se duche, y entonces poder abrir la ventana de par en par
 respirar a pulmón abierto y lanzar un grito en silencio.
 Quieres estar solo, no soportas compartir tu espacio.
 Vas a limpiar, mañana limpiarás y reducirás aún más 
 lo poco que le has dejado.
 Ni una mota de polvo, ni una mota de ti.
 Fuera...