Ya casi apenas recordaba lo que significaba llorar
al ver una película simplemente por sentirme
identificado aún sabiendo que no tenía sentido alguno,
que adaptaba cualquier hecho a lo que yo sentía,
que cualquier cosa servía para recordarme
lo que llevo intentando olvidar unos días...
La próxima vez me pondré una de acción,
pero también es verdad, nunca lloré tanto
y me quedé tan a gusto...
Yo en la única película que recuerdo haber llorado a moco tendido ( a escondidas y disimulando; siempre he sido muy rara para estas cosas) ha sido en " Marcelino pan y vino", versión antigua y la güena. Eso cuando era pequeña.
El llanto es que está muy desprestigiado pero... qué bien sienta de cuando en cuando (sin enviciarse, eh?).
Besitos