Me siento a ver crecer mis uñas,
únicas testigos del paso de mi tiempo
y de la nerviosa espera por un "¿qué será?".
Temo el día y la hora,
temo el viaje y la llegada,
el gesto y la conversación...
Hoy lo temo todo y el sábado temeré nada
para así llorar el domingo y darme un baño con sal.
Temer al futuro es tener una excusa para no vivir el presente. Más cuando ese futuro tiene fecha. Lugar. Y un cuerpo capaz de robarle a la mente los únicos minutos de los que somos dueños. Los que suceden ahora. Ni después. Ni ayer.
Escrito por Trippy a las 27 de Julio 2005 a las 02:40 PM