Aluvión de incomprensiones,
frialdad en mis acciones.
Soy un muro, soy el fuerte,
no sentí durante días, mas llegó
el mío.
Me cubrí con varias mantas,
me oculté en mi casa vieja y
lloré esos cuatro días, en una noche,
gracias a ti, que ya lo sabes,
que te tragaste tu pena para beberte
la mía.
Hoy te quiero más que siempre, y
así será cada día...