Me voy 
 A otra ciudad sin ti. 
 Con el cinco como bandera, 
 a la espera. 
 De que una Santa Sofía 
 se acuerde de este pagano, 
 puto enano. 
 Y que esos ojos chinescos, 
 sudetes amedrentados, 
 se vuelvan para mis ojos 
 y me digan 
 que te quiero...