Canciones más bonitas se han oído,
menos cursis, más mundiales.
Pero a mí hoy me gusta ésta,
porque la siento, pero no comparto;
porque no hay respuesta ni oyente.
Se acabó la bata blanca y las nubes densas,
derrumbé el castillo de ladrillos blandos.
Vuelvo a la almohada, que ella me escucha
harta de amor y desengaños.