Estoy harto de saber tanto de todos y tan poco de mí.
Estoy harto de querer dar más de lo que quieren recibir.
Estoy harto de ser siempre lo querido y nunca lo deseado.
Y aún así, hay días que me gusta ser yo...
¿Dónde hacen plantillas
para un corazón
que necesita guías?
Ya no sueño contigo, por eso duermo.
Quitas de mí el peso de tu soledad.
Porque estar solo no fue nunca doloroso
salvo cuando era por tu falta.
Llenaste mis vacíos de palabras falsas
que enguyeron poco a poco lo que en mí quedaba.
Y al querer volver a ver, se llevó mis ojos
dejando sólo dos huecos, la carcasa.
Pero abrí con llave lo que no cerraste,
recogí mis cosas, me tumbé en la cama
y salté hacia el cielo sin esperar caída,
despertando gris, de madrugada
Soy fotografías
desgastadas por las manos
que recorren sus esquinas.
Fantasías infantiles,
el amor idealizado.
Felicidades truncadas
por una realidad que no es mía.
Siempre a expensas de los otros,
harto de la opción equivocada,
sin pesar, sin alegría.
Mirando esa sonrisa perfecta
estrangulo con mis manos las entrañas.
Deja de sentir, por una vez piensa!
Pero mis neuronas están de baja,
la lógica de vacaciones y el
sentido se volvió autista.
Mente torpe, lenta.
Tardas en asumir
lo que a ti viene.
Todos lo saben,
tú lo sabías.
Pero sólo hoy te atreviste
a creerte...
No fui más que una muñeca,
divertida y temporal.
Estoy solo, punto en boca,
con miedo de volver a hablar.
Hice daño, eso dicen.
Comer me vuelve a costar...